Francisco Valencia, CEO de la startup Prothesia



Me llamo Francisco Javier Valencia Valdespino, soy ingeniero mecatrónico y cofundador y CEO de Prothesia, una startup que con diseño de software especializado e impresión 3D, han creado un nuevo modelo para la fabricación de dispositivos médicos que ayudan a mejorar la calidad de vida de las personas.

Llevo más de 13 años metido en desarrollo de temas digitales y he tratado de vincular mi trabajo con un impacto directo en los humanos. También he aprendido que no hay un techo o un límite en la tecnología, depende de ti y tus creencias pero ayudar a la gente es el objetivo principal.

Antes trabajaba en ciberseguridad pero también enfocado en personas, específicamente en casos de desaparición de personas, por lo que he tratado de vincular mi trabajo con un impacto directo en el bienestar social.

En el mundo emprendedor, ayudar a la gente debes ser el objetivo principal, mientras que hacer dinero es el resultado del trabajo duro. Como dice Peter Diamandis, fundador de Singularity University, si quieres ser billonario ayuda a un billón de personas primero, entonces el beneficio económica viene por añadidura.

Ser emprendedor

Para mi ser emprendedor es crear cosas y con esto ganas lo que mereces, no más no menos. Estamos obteniendo lo que merecemos y es nuestro sudor, cada victoria es nuestra. Eso nos llena muchísimo y ha sido el motor que nos ha mantenido en pie y nos mantendrá así en los próximas décadas.

Me gusta mucho dar conferencias a estudiantes de prepa o universidad y les hablo de la historia, de lo que hemos hecho y todo desde la perspectiva del fracaso, para que no me vean como alguien inalcanzable y entiendan que equivocarse no siempre es negativo.

Me gusta mucho hacer que más gente se involucre en emprender y que entiendan que el fracaso no es malo, pero la cultura latina así nos lo ha marcado siempre y eso nos limita en muchos sentidos.

Y hablo desde la perspectiva de un hombre que trabaja como cualquier mortal, que simplemente es muy necio y tenía ganas de crecer y tuvo que cambiar hábitos, esos que tiene cualquier otro joven mexicano. Hacer esto no es nada fuera de este mundo, pero que a veces muchas personas no lo pueden lograr.

No me considero alguien ultra brillante. Lo que pasa es que no me canso, soy incansable y si hay un problema busco la manera para resolverlo y sin excusas. 

Quiero fomentar este tipo de mentalidad porque que en México hay mucha calidad, pero nos detiene la desconfianza. Existe la calidad para que los mexicanos podamos crear empresas globales, tenemos mucho talento pero hace falta que creamos que podemos.

La situación económica puede complicar las cosas y para estos momentos, aplica muy bien una frase de Silicon Valley, que dice que uno debe ser muy creativo en poner recursos en la mesa, exprimir las piedras y sacarles provecho. Esto implica que las pocas decisiones que uno tome sean críticas.

Cambio de hábitos

En el camino del emprendimiento entendí que se debe buscar conscientemente la incomodidad. Esto también se relaciona a los hábitos personales, en mi caso un ejemplo de esto es salir a correr a las 2 de la tarde con el sol a pleno.

Eso es muy incómodo para muchas personas, pero a mi gusta precisamente por eso, porque es un reto. La vida no siempre va ser rosa y no siempre te vas a encontrar un clima fenomenal.

Eso me ha forjado la mente, ha ha ayudado a ser más ecuánime y a resolver problemas desde otras perspectivas, ya veo los “happy problems”, pero eso ha sido duro. También eso se vincula con tu estado de ánimo, con el crecimiento personal, con el cómo piensas.

Eso es lo que más he aprendido, a romper viejos hábitos y hacer disciplina mental. Algo que me gusta mucho es leer, así aprendes muchísimo. Me gusta escribir también y eso ha sido un buen  hábito que me ayuda a tener claridad en las ideas.

Por eso creo que si nos vamos a esforzar para hacer algo, entonces debe ser algo grande, que valga la pena, algo muy complejo. Porque vamos a quemar la misma cantidad de neuronas y vamos a pasar mucho tiempo resolviendo un problema, entonces que éste sea algo realmente valioso.

En lo personal esta transición me ha ayudado a entender que antes tenía mucho miedo de tomar decisiones y mucha desidia. Ahora soy totalmente lo contrario y algunos familiares me cuestionan, eso me ayuda a tener también un poco de calma. 

Más educación

También creo que es importante estar bien informados y ser cuidadosos con todo lo que se genera en las redes sociales y medios de comunicación.

Hay una tesis de los “Chicago boys” (los economistas) que hablan sobre como hacer una programación en la población soltando un mensaje dosificado durante un periodo de tiempo y para cuando llega la gran noticia, ya no sorprende a nadie porque todos lo asimilaron antes.

Entonces esa programación es parte de un modelo general, que controla nuestros deseos y aspiraciones. Ahí Televisa o la televisión tienen mucho poder. Pero también hay gente encargada de hacer los algoritmos para influir qué vamos a ver, hacer y comer en un futuro.

Si tu logras entender cómo se puede comportar un ser humano con tu software, entonces puedes controlar al mundo. Una clase en la Universidad de Stanford, muy polémica por cierto ya que se trata de eso, explica la fórmula para desarrollar software persuasivo. No es casualidad que en esa clase han estado muchos fundadores de compañías tecnológicas millonarias en el planeta.

La única manera de salir de esto es con educación. Que la gente lea más y que se le de más valor a la ciencia, la tecnología y también a los valores de la casa y el poder de la familia. Así podremos vivir mejor.


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